martes, 21 de noviembre de 2017

ANTOLOGÍA INCOMPLETA DE LA POESÍA EXPERIMENTAL ESPAÑOLA





Algunos muertos entonces resucitaban en el ataúd y mi hermano Alfredo era amigo de los lagartos, uñas, garfios clavados en la madera y retorcidos sus cuerpos los encontraban, huy los rojos, mis primos siempre bebieron leche en vez de agua, engañándome en verano, en el calor del campo, en la siesta, echándomelos y yo asustada, sudando, y habla entonces un pueblo entero todo oscuro de brujas, mi padre tenía una capa, un caballo que le robaron la noche aquellas mujeres brujas, nueve hijos, nueve hermanos, y hubo uno que despertó con hambre y gritaba morcilla, siempre de luto

hijo mío
sumisa, buena
un cuento
cómete esa manzana ahora es un gallo
el pozo estaba al lado del limonero
cómete esta naranja es ahora otro gallo
un cuento
y le arañaba el pecho porque en él se los escondía a mi padre, murió mi hermano pequeño al que yo amaba tanto (fiebres de entonces), una hermana tan buena a la que yo quise tanto (gripe de entonces), las brujas, cuestas de piedra, sudando, Alfredo, el culo, yo también tuve risa cuando fui una niña, el luto, el susto, Rafael el hermano mayor el que no tuvo hijos,

un muerto entrando en su casa hambriento y resucitado
un cuento
Fernanda, ¿dónde están las galletas para el niño?
un cuento.
Pero la mayoría de los muertos resucitaban dentro del ataúd,
y sus gritos no se escuchaban,
y de noche era terrible el miedo

Astenái
carne aplastada y siniestra hundiéndose en la oscuridad, ojos llenos de espanto en la oscuridad, me falta ahora la respiración, el aire,
este tonel de barro al lado del limonero es ahora un caballo
corre corre
el gorro de la falange
un casco
Astenái
toma la espada, tengo miedo, el pozo, no me dobles la
muerte Dios mío,
sálvame de la oscuridad
un cuento
otro cuento
el niño parece que tiene fiebre, Fernanda
una manzana, una naranja, unos confites, la bufanda porque es invierno
mis padres,
han llegado de misa.
¿Pero no fue la infancia época de claridad?
Astenái, ya viejo, está sentado en el suelo. Con una rama de olivo subraya el círculo dibujado en la tierra. Su mirada se pierde en el horizonte
de perfil
(una noche vino a llevarme Drácula)
su cabello largo cano
la trenza sigue adornando su lazo izquierdo
(de claridad)
de frente
su rostro se ha transformado en león, me ruge:
¿Por qué me asustó aquel día mi padre con el cinturón?
¿Por qué insultaban algunos niños en la calle?
¿Quién me arrancó mi mano pegada al tendido eléctrico?
¿Por qué mi madre me dijo (de broma) que a lo mejor no era mi madre?
Y mi tío Antonio me paseaba en caballo por los alrededores y él me subía a las máquinas de trenes, el cáncer, un hombre, que era tan bueno como mi padre, tu abuelo, yo una muchacha alegre y tu padre que era entonces de sal,
su corazón,
su miedo,
siempre de luto,
hijo mío
una manzana
un cuento
una naranja
otro cuento.
Astenái, Astenái, poeta:
Estos años también he vivido el simbolismo de la sociedad.
Hoy he contemplado toda la ferocidad en su boca.


Luciano Feira – en Poesía experimental española . Antología incompleta

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