domingo, 1 de abril de 2012

EL SONIDO DOLOR


La fiesta. Archivo de Pablo Müller



Pablo Müller no aprecia el primer día del mes de marzo, — siempre rememora su tristeza — y cuando  se acerca, vuelve a su casa, cierra la puerta, baja las persianas, apaga las luces y se mete en la cama. Coloca sus manos tapando las orejas, y engulle silencio, se atraca de silencio y se le escapa:

El uno de marzo es el día del sonido dolor: sonido de ola de cristal rota, descarnados los oídos con su ira, se encamina hasta el alma mordiéndola, con palabras sordas, palabras azadas, palabras que cavan el olvido, y se instala en la congoja, perceptible en las vísceras. El sonido de un inconsolable llanto, un grito que suplica finalice que nos sea otorgada la sordera y descansar del dolor.

Pablo Müller adormecido por el alcohol, desconectados los aparatos eléctricos, para que el silencio aniquile la jornada, haga desaparecer todos los unos de marzo y con ellos la angustia que agudiza sus oídos, la tristeza que roe su cabeza y el dolor estrépito en su vientre y en su memoria.




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