lunes, 31 de diciembre de 2012

CUADERNO DE BITÁCORA: EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO



   Disponemos los días en el orden de lo conveniente, para conformar una suerte de garantía, una tranquilidad imposible que un cheque no proporciona, o la palabra tramposa de un director general cuando te habla de tu trabajo o de su beneficio.
    Hoy hace dos años este lugar con papeles comenzó. Pablo Müller se ha ido haciendo algo más sabio, más viejo, más indignado, y más feliz. Durante este segundo año han sido 9.600 las visitas que ha recibido. El barco se hace grande cada vez que lees.
  
   El cuaderno de duelo de Pablo Müller tiene a su vez un año cumplido. 3.800 visitantes han pasado por esos versos que rodean el dolor para apaciguarlo. El 19 de enero llegará su última entrada y descansará.

   Aquí están las tarifas de amarre al puerto de Bilbao para este año que se acaba. Los barcos aguantan fuera de puerto a que llegue la transferencia de un paraíso fiscal, o que el estibador sienta lástima y acceda a rebajar su salario.
    Saludos desde el norte. Nuestra venganza para el 2013 será seguir buscando otra felicidad.

(Las fotografías son del día 23 de diciembre, desde la playa de Azkorri, Pablo Müller espera que los marineros alcanzarán su puerto.)



sábado, 29 de diciembre de 2012

NIEVE ES EL NOMBRE DE LA MUJER






Árboles en invierno por Pablo Müller




«Vi las bestias expulsadas del corazón de mi madre. No hay distinción entre mi carne y su tristeza.»
Antonio Gamoneda

Nieve es el nombre de la mujer
viene de una familia de hombres que ríen
y rara vez llegan a ancianos
   tal vez la alegría descolocada atraiga a la muerte —
y mujeres calladas que trabajan todos los días
como si fuera el último
   y el día último siempre tarda —

Nieve acuna un niño — suyo —
en la ciudad extraña
a la que llegó para cuidar niños — otros —
donde las cunas son de tubo metal hueco
galvanizado
y el humo oscuro marcha con el norte
y se posa en los sures,
   vaciado de sus gentes para alimentar minas y fábricas —
hay risa pero compadrea con el vino malo,
hay música pero termina a menudo con grito.

Nieve espera el final del aullido de la sirena
— dura los veinte años de rigor —
y el hombre que le hace los niños en la calle del silencio
con los fundidores y ajustadores ante las puertas cercadas
de la factoría espera — también —
la oscura llegada del furgón de los guardas grises.

Nieve acuna al niño — suyo —
y en vientre atesora los hermanos:
   los vivos y los muertos —

Nieve acuna el futuro dolor,
la futura tristeza
de los meses de marzo.




jueves, 27 de diciembre de 2012

MADRE NIEVE ROMPE SUS MUÑECAS






Luna por Pablo Müller


Madre Nieve rompe sus muñecas
al caer de frente,
un golpe que le alcanza por la espalda
desde el pasado y la estirpe.

Padre Hierro vela sus ojos con el rojorabia
para mirar la vida, gafas de alivio
y su dolordesgracia.



sábado, 22 de diciembre de 2012

A LA NOCHE EL PASEO


Paseo a la noche, Noviembre de 2012 por Pablo Müller




«Hay que mirarlo todo y luego, si acaso, descansar.»
Inma Luna

 

El domingo a la tarde.
En noviembre junto al mar el día
se acaba demasiado pronto.
Cuando el día se acaba antes de tiempo
se encienden las farolas
y la respuesta suele ser una sombra convenida.
Las sombras conocen la lengua secreta
para traducir noche y perro,
cigarrillo y tristeza.
La tristeza hace ya tiempo que dejó de fumar.

 
Sin fumar puedo andar más rápido
y así llegar furtivo a la necesaria muerte.
Mientras
fotografío el domingo a la tarde.
Cuando imprimo la imagen no la reconozco.
Si recuerdo un azul y una calle
sale un ferrocarril y una lágrima.


Si recuerdo una mordaza y una ciudad

sale un río de carbón y de hierro.

A pesar de la noche,
tras los árboles jóvenes,
 

con el noroeste duro de los finales de otoño,

hay un trozo de mar.



En ese mar se queda la memoria de los naufragios.

Si recuerdo hermano y mujer

sale una madrugada y el arcén de una carretera vieja.
El domingo a la tarde se junta el minero viejo

y el panadero del primer pan del lunes.

Cuando termine de mirarlo todo
llegará el momento de descansar.




martes, 18 de diciembre de 2012

GENEALOGÍAS DE JOSÉ MARÍA CUMBREÑO O LA HERIDA Y EL DAÑO SON EL PRODUCTO DE UNA SIMPLE MULTIPLICACIÓN





El niño y el perro, A Coruna, agosto de 2012 por Pablo Müller


“La herida y el daño son el producto de una simple multiplicación. “
José María Cumbreño. Genealogías.

Genealogía.
(Del lat. genealogĭa, y este del gr. γενεαλογία).
1. f. Serie de progenitores y ascendientes de cada persona, y, por ext., de un animal de raza.
2. f. Escrito que la contiene.

Un poemario que se titula Genealogías y que menciona a Bob Esponja en su contraportada recorre fácilmente el espacio entre la estantería y la mano del que escribe. Si la estantería está en una librería, un lugar de donde deben rescatarse los libros, lo corriente es que se vaya conmigo. Ocurrió un día. Así llegó a casa.

Otro día abres el libro y lees la cita de Oscar Wilde “Los niños comienzan por amar a sus padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, a veces, hasta los perdonan.”

Sigues y José María Cumbreño avisa: “Para una vez que consigo empezar a escribir con una imagen simbólica. De esas que se supone que debe usar la poesía.”

Por si acaso, añade:
“El poema perfecto: aquel que fuera capaz de escribirse solo: / El poema perfecto: a la postre, un poema sin poeta.”

Sabido es que el poema está en un nolugar al alcance de algún raro y distante receptor (por ejemplo, Bob Esponja) y se escribe por él. Sabido es que todos los poemas son perfectos, en los instantes previos a su escritura. Lo que está estropeado es el receptor. Es decir, todos los padres son perfectos hasta que se ponen a tocar el piano.

“En algunas lenguas, dos negaciones afirman.
En otras, en cambio, niegan con más fuerza.”

“Porque el aire pesa más que algunos gases.
Y la vida, menos que los recuerdos.”

Ese poema perfecto se instala en ocasiones en un nolugar que también, es decir, tampoco, es un nomomento. Ahí comparto al padre que soy, con el hijo que soy, o con el hijo que fui, un ser distinto al anterior: hermanos extraños a los que separa un nacimiento concreto.

Ese poema perfecto tiene la materia prima de los recuerdos. De los propios y de los heredados, incluyendo, y reconozco la inutilidad del apunte, los recuerdos que han sido olvidados por todos.

“Si cierro los ojos, no soy yo el que no ve a los demás:
son los demás los que no me ven.”

Oscar Wilde tuvo dos hijos, Cyril y Vyvyan. Para sobrevivir su madre les cambió el apellido. Murieron siendo Holland. Cuando cerraban los ojos los dos a la vez, volvían a recuperar el apellido del padre: Wilde.

Genealogías

viernes, 14 de diciembre de 2012

LA NOCHE ADIVINA AL HOMBRE





Puerto, Santurtzi, diciembre de 2012 por Pablo Müller


“La noche adivina al hombre, hace señales a la mujer, allá tú”
Juan Carlos Mestre.

Uno

El libro se publicó en el 2007 pero recuerdo haberlo comprado varios años antes.
En el censo de las piedras no hay más dueños que los ermitaños.
A la manera de los puercoespines fuimos felices.
Una operación quirúrgica innecesaria produce un muerto innecesario y el consiguiente incremento del Producto Interior Bruto.
El Producto de la codicia tiene el interior desalmado.
El interior de los brutos son las guaridas de los matarifes.
En verdad: ¿son necesarios los matarifes para salvaguardar la felicidad?

Dos

Antes de ser Pablo Müller leí un poema sin la ayuda del diccionario: decía canción y decía soldado.
Pablo Müller tiene miedo a los soldados: a los propios y a los ajenos, cuando él lo era se odiaba a si mismo, luego dejó al recuerdo que alimentara al odio en el tiempo…

Hasta que el aullido de los soldados jóvenes que salían de noche de la ciudad de Mostar,
en el verano de la última ofensiva para liberar las montañas,
le devolvió el dolor a la cara,
la lágrima de lado,
la ciudad sitiada,
la vergüenza del lloro,
la cara del dolor,
el lado de la lágrima,
el sitio yermo de la ciudad vacía,
el lloro vergonzoso,
y otra vez,
el grito del soldado joven,
la respuesta del soldado de al lado,
el autobús viejo,
la noche pequeña,
el odio a si mismo,
la dirección contraria,
y por qué le recibía una ciudad que enviaba a sus jóvenes a morir en los montes.

“No hay, hermano, ninguna versión definitiva sobre la noche,…”
Juan Carlos Mestre.


martes, 11 de diciembre de 2012

EL TEJEDOR EN ... MADRID. POESÍA DESDE LA ANIMALIDAD




Habitación de hotel en Torrejón de Ardoz
En noviembre de 2012 por Pablo Müller




«Y curas de sueño
entre mis pechos.»
Estelle Talavera Baudet


   Pocas especies animales pueden vivir en una ciudad. Si esa ciudad es Madrid algunas menos. El Tejedor de J. Jesús Sanz pidió a David González que recogiera una selección de poetas que tengan tomado el pulso a una ciudad como Madrid.

   ¿Cómo se toma el pulso a una ciudad?
   Desde la entraña, desde la animalidad, desde el sufrimiento y desde el goce.
   De esta forma, y aunque aparezca en el escudo, Madrid no es ciudad de osos, es ciudad de lagartos, y además…


Los buitres en silencio de Alberto García-Teresa.
Los gatos callejeros y ratas oportunistas de Ana Pérez Cañamares.
Los gallos que despiertan de Ángel Petisme.
Los pájaros muertos que hay en la sangre de Bárbara Butragueño.
La milagrosa mariposa pelirroja de Carlos Salem.
Las perras en celo intentando guardar su olor de Deborah Vukušić.
Los perros cojos y los leones domésticos de Estelle Talavera Baudet.
Los cerdos, moscas, perros de Gsús Bonilla, que nos recuerda que éramos pequeños invertebrados cuando los réptiles dominaban el mundo, es decir ¿ahora?
Los gatos curiosos y los ojos de sapo de Isabel García Mellado.
Los gatos sentados en las piernas de José Ángel Barrueco.
Las perras abandonadas de Mada Alderete Vincent.
Los gorriones bajo la lluvia de Marta Noviembre.
Los mosquitos que pican y se ríen de Paolo Álvarez Correyero.

   Pepe Ramos, atento a la esencia y origen de las cosas toma el pulso a los huevos de animales mitológicos.


La Única Puerta a la Izquierda

   Y Javier Das, en la ausencia del animal lo hace con las piscinas y las oficinas.


   Atento al animal poético la ciudad, incluso Madrid, se hace, por entendible, más amable, aunque sea durante el tiempo que lleva leer estos poemas. Tiempo ganado a la barbarie humana.



Puerta del Sol, en noviembre de 2012 por Pablo Müller















jueves, 6 de diciembre de 2012

LA CIUDAD ES EL TERRITORIO DE LAS OBRAS







Ciudad de Valladolid, agosto de 2012 por Pablo Müller




“Ya ni el propio cuerpo que llevas puesto te pertenece, estás cansado y duermes”
Juan Carlos Mestre


La ciudad es el territorio de las obras y de las manos.
Las manos son necesarias para calcular las distancias con los metales.
Los metales son los lápices con los que se dibujan las jaulas de los pájaros.
Una jaula de pájaro es alegría cuando nada la ocupa.
Los músicos son una forma de solidaridad con los pájaros.
Los pájaros y los automóviles tienen antiguas disputas y se acumulan agravios con la avidez de los especuladores.
Los vehículos con motor construyen la ciudad del no y de las expulsiones.
Las expulsiones son el fracaso de los árbitros y de los maestros, como la cirugía es el fracaso de la medicina.
Las autoridades son la confusión.
Quién confunda a los metalúrgicos recibirá los saludos por la tarde de los pájaros.
Los bienes comunales son como las palabras de los niños cuando juegan.
Hay también depredadores que no son animales de compañía.
La compañía es además una mujer que se desnuda.
Ahora es una tarde de musgo: la última del verano.
Ahora es una verdad a medias, la mejor de las verdades.
Los domingos son los días para el descanso de los barcos.
La compañía es además una mujer que se desnuda.
La noche es el momento del descanso para nuestras palabras, dice el escéptico en la asamblea de las noches.
La ciudad es el territorio de los cuerpos, los propios y los ajenos.



domingo, 2 de diciembre de 2012

THRILLER MUSIC PARK - MADRID ARENA Y CINCO...





Cinco es el número entre los dientes del lobo, por Pablo Müller


Thriller Music Park – Madrid Arena y sigue

El 29 de noviembre,
29 días de agonía,
María Teresa Alonso Vinatea,
20 años, ni uno más, ni uno más,
cinco es el número, cinco
que tiene ahora la calculadora
de los dientes del lobo,
16.791 dientesentradas contadas en la boca
las 3 y 33, la hora de la cena,
en el despacho de los abogados caros siempre hay
un buen sillón
para descansar las digestiones pesadas.



jueves, 29 de noviembre de 2012

"LA DEMOCRACIA HA CERRADO LA PUERTA A LA LIBERTAD" O LA POESÍA ASINCOPADA DE IBON ZUBIELA MARTÍN




Poesía y andamios, en octubre de 2012 por Pablo Müller





“porque los derechos se pelean
arando el porvenir
con viejos bueyes”

   Ibon Zubiela Martín sabe y nos dice que la verdad está en la calle aunque sea con una bandera rota.

   Ibon conversa con Ismael Serrano y Pedro Guerra, con Vladimir Ilich Lenin y Fidel Castro, con Oliverio Girondo y Mario Benedetti, con Roque Dalton y Joseba Sarrionandia, con Juan Carlos Onetti y Fito, con Gabriel Celaya y Voltaire, Gioconda Belli y Blas de Otero.

   En esta conversación Ibon ancha la poesía con el lenguaje político, en el sentido noble y revolucionario del término político. Y se enfrenta a la corriente fácil del todo igual, todo lo mismo, en la determinación de un lenguaje a la velocidad de la utopia.

   Este no es el tiempo en que la alternativa a la derrota es la victoria, si es que hubo un tiempo así. En este tiempo la lucha consiste en ganarnos elegir la derrota que nos infringen, entre las muchas derrotas que nos pretenden.

«Los poemas enviados por correo desde la prisión de Guantánamo son secuestrados. “La poesía representa un riesgo especial”, justifica una orden de los servicios de espionaje estadounidenses emitida en junio de 2007 (la prensa informó de ello en junio de 2007), que sigue: “Las normas del Departamento de Defensa no permiten la edición de ningún tipo de poesía en su versión original o en otras lenguas”. Los poetas descreen de los poderes de la poesía; el Pentágono no lo hace.»
Jorge Riechmann. Citado por Antonio Orihuela en su colofón de Todo el mundo está en otro lugar.

   Ibon Zubiela Martín es un poeta que cree en los poderes subversivos de la poesía. Y con esa certeza construye versos contundentes y lúcidos.

“la democracia
ha cerrado la puerta
a la libertad”

En Poesía asincopada y haikus de Ibon Zubiela Martín, Planeta Clandestino, Ediciones del 4 de agosto.



Contenedor de publicidad en octubre de 2012 por Pablo Müller




sábado, 24 de noviembre de 2012

"EL TELÉFONO MÓVIL QUE SUENA EN LA SEPULTURA"



Iguazú, en agosto de 2005 por Pablo Müller



“el teléfono móvil que suena en la sepultura”
Juan Carlos Mestre

Pablo Müller duerme con el diccionario en la mesilla de noche:
— diccionario dolor-castellano; castellano-dolor —
Los poetas ingleses se pasan el martes a la clandestinidad.
A las mañanas de sábado su diccionario sirve para traducir el secreto:
— secreto-castellano; castellano-secreto —
Los náufragos conocen de memoria las singladuras de los disturbios.
Los disturbios acumulan serias condenas a los viajes.
En el aeropuerto de Iguazú Pablo Müller se encuentra con los hijos del hombre que nació en la misma casa que su abuelo.
En la casa del abuelo había un diccionario para traducir lo fraterno al castellano.
En el castellano falta la palabra escorbuto y hay quien pretende la cesión de la palabra piedad a un idioma de centro europa.
En las marejadas los mares anuncian a las montañas su propósito de enmienda.
Nunca un barco estuvo tan lleno de trayectos cansados.
Nunca los trayectos tuvieron tantos niños salvajes y ahora entiendo como esta piedra es la lágrima de hace unos años.
Me ha costado.

“El pez no sabe que existe el agua”
Juan Carlos Mestre



La casa donde nació el abuelo de Pablo Müller, de su archivo.




martes, 20 de noviembre de 2012

DICE EL FORENSE...


Marañón por Pablo Müller


«El poema, es lugar donde se nos permite hablar con los muertos; también donde se nos permite sentir el dolor»
Olvido García Valdés

Dice el forense que no sufrió, que interrumpió el sueño con un desmayo, e inconsciente, dejó de respirar, en la cama, a la noche, apenas unas horas antes del amanecer, cuando más fuerte llovía,
— una tormenta hecha de verano y furia —.
En las habitaciones de la mirada se ha quedado la horrible pena.
La mirada la sostiene la hermana pequeña para los deudos y los familiares que se acercan despacio sin hacer más ruido que el necesario.
Nadie debe pasar por el trance de descubrir que tu hermana ha muerto mientras dormía.
Todos tienen derecho al deseo del día bueno y a su correspondiente respuesta.
Las noches y su adecuado sueño deben considerarse como necesarias interrupciones a la conversación de todas las vidas. Ahora, ¿quién continúa la charla de las hermanas?
¿Dónde se queda el abrazo fraterno aplazado en la ruda costumbre de los trabajos de las huertas en verano?
En todos los poemas hay un apartado para hablar con los muertos.
En todos los poemas se puede responder a las preguntas que no se hicieron, se puede declarar la conveniencia de algunos sentimientos, se puede pedir perdón, se puede ofrecer la compasión por los pájaros y la tolerancia hacia las alimañas que limpian los huertos.
En todos los poemas hay un verso que lo ha puesto tu muerto, porque, no lo dudes, todos tenemos un muerto a nuestro cargo y destino. Algunos dos.
Sí, Pablo Müller, al final de la lectura hay descanso para las palabras no dichas, esas palabras que se refugian en la entraña y carcinoman.
Luego en el verano infrecuente llueven noches para el sueño de la palabra en la casa grande.
No hay ya Pablo Müller, desenmascarado, con las palabras que dices eres otro, en otro lugar, no casa, sala de hospital, carretera, playa, puerto de mar, edificio de peaje provisional, garita de guardia donde los soldados tristes se dejan morir por los disparos, calabozo, habitación donde los milicianos hablan idiomas distintos, Hotel Ero, Mostar en su parte derecha, Mostar en su parte izquierda, el curso del Neretva, los ojos que te miran, la respuesta que no tienes, las oficinas llenas de humo, Pablo Müller, impostor de ti mismo.
No hay Pablo Müller, hay otro con un rostro nuevo vaciado por puñales de desasosiego, vomitado el pasado, pesada la memoria, sin calibre.

Pablo Müller sube a las habitaciones de la casa grande. En el despacho del abuelo le reciben las termitas.
La muerte de la mujer que la habitaba inaugura un tiempo con soledad en el minuto y ruina para las horas.
Los cimientos están enfermos de humedad e invierno.
La piedra y la madera no tienen visitas de la risa y los perros.
Los perros se acuestan en el rincón más lejano y los gatos son incapaces de recordarles sus tareas.
Nadie defiende la casa grande de sus lluvias.
Pablo Müller y la compasión juegan a las cartas con la vida que se queda.
Pablo Müller recibe las palabras de las hermanas vivas y las coloca en el plato de la sopa triste.
Pablo Müller tiene abiertas las maletas donde se cuele la pena horrible. Cuando se llenen, intentará cerrarlas, y con la ayuda de los perros esquineros la cargará para esconderlas hasta el funeral próximo.
Pablo Müller invita al juez de la paz a quedarse en un pensamiento, le pide que vele por dejar lejos a un lado la crueldad y al otro el miedo, le pide ordene a los alguaciles cuiden que la ira sea discreta y pase desapercibida como las tormentas de verano que anuncian la muerte de las mujeres y de las casas grandes que las cobijan.

Los perros mueren en unos meses tan cortos que parecen lunes.